Confesiones poéticas y Relatos desatados
Idelys Izquierdo Laboy
En cómo te he transformado para palparte
Lo que nos rodea es lo que nos trae al recuerdo la presencia de quien está lejos y a quien amamos.
La niebla perdida que cubre tu cuerpo
ha querido despojar de mi derecho
para ser dueña y poderío de mi huerto.
Mas, eres clavel que palpo en la mañana
y que he tomado como adorno en mi pecho
para así poder percibir tu lozana,
y aunque la llovizna ahogue tu hoja
bajo la tormenta te llevo a mi techo
para así poder convertirme en tu rosa.
Eres la sábana que arropa mi alma
en las noches despedidas en mi lecho
donde solamente interrumpe la calma.
Aunque a fuertes surja el ímpetu del viento
coloco a la siniestra todo el deshecho,
pues toda fuerza me das cuando te pienso.
Aunque mi poeta se haya ido
La Poesía es luz que nos descubre con insual frescura, nuestros secretos.
Indetenible permanece el recuerdo
mientras hayamos caminado
diferentes veredas.
No se borrarán hasta la muerte
nuestras memorias
aunque la vida sea solo un trillo.
La delicia antigua del poeta se fue,
pero solo Dios ha sabido
que en alguna tiniebla ha cabalgado
y sus versos corrieron por otro riel.
El elemento de la poesía
nunca se ha ido, ni se fue,
porque brillan sus versos todavía.
Ensalzaste el momento detenido
encontrando otros versos apasionados
y te admiro,
aunque aquel poeta se haya ido.
Nueva edición
Cada persona manifiesta sus pérdidas de diferentes maneras. Unos a través de lágrimas y otros por medio de la ira, frustraciones, apatía o desconexión emocional. Muchos buscan consuelo compartiendo con amigos, familiares o apoyo en la comunidad y otros en las letras, las artes o la música. Los invito a un íntimo viaje por el alma humana donde quise explorar y exponer las complejidades del amor y la pérdida a través de versos que evocan imágenes vivida y profundas emociones. «Esmeralda», es mi personaje principal en casi todo lo que escribo. En este libro que es un texto literario que comprende un híbrido entre poemas y relatos, me entregué a ese mundo fantástico de los niños donde hablamos con los personajes que creamos y a los que les damos vida. Creé mi propia burbuja llena de lírica, reflexiones, colores, música, libros, fotografías y recuerdos. Comencé a cantarle al amor de una madre y a llorar su ausencia. Me convertí en una niña verde, de solitaria infancia e hice míos los nombres de «Esmeralda», «verde» y «esperanza». Mientras crecía, le gritaba al amor y al tiempo, y entre libretas y páginas, comencé a escribir mi mundo desmoronado y me convertí en la esmeralda perdida, la que se perdió en el sueño verde alimentándose de la esperanza.
IDELYS IZQUIERDO LABOY 